domingo, 13 de noviembre de 2011
TODO COMENZO CON UNA CALABAZA NACIDA A DESTIEMPO
Este verano la cosecha había sido muy abundante. Cientos de tomates hermosos y saludables, regalamos todos los que pudimos pero aún así nos quedaron demasiados. Decidimos que esa maravilla de la naturaleza no se podía dejar perder así que "esplotillamos", (asi le dice Jorge al proceso de molerlos en la licuadora), todos los que nos quedaron produciendo alrededor de unos ciento y tantos envases pequeños que luego pusimos en el congelador para tener tomates fresco durante algún tiempo mas. Esto lo utilizamos para cocinar sopas, arroz guizado, spaguetty, habichuelas, en fin todo lo que lleve salsa y le da un sabor riquísimo y muy especial al plato en cuestión. También Jorge sembró maíz , las plantas, verdes, altísimas, elegantes se dejaban llevar al compaz del viento y a mi me llevaban a viajar a mis años de niñez allá en el campo. Mirarlas para mí era suficiente para sentir mi pecho enchido de extraordinarias memorias del ayer. El árbol de peras casi arrastraba sus ramas hasta el suelo de tantas peras que produjo. No se que sucedio pero la planta de calabaza comenzo a crecer ya casi cuando el verano daba sus últimos suspiros de vida. No obstante surgieron de ella los frutos a destiempo. Con todo y eso crecieron varias calabazas que hubo que retirarlas de las plantas antes de llegar a su madurez debido a una nevada prematura caída en octubre 29, 2011 que hizo un gran destrozo en Connecticut. Agradecidos con la planta y su esfuerzo utilizamos las calabazas lo mejor que pudimos, algunas las regalamos, otras la cortamos en pedacitos y las congelamos para utlizarlas luego. Un dia mi hermana Fina vino de visita con su esposo José y adivinen que nos trajeron; una calabaza, cosechada tambien a destiempo, era enorme para no haber podido madurar lo suficiente. Por varios días tuve mi calabaza viendola día a día en el mostrador de mi cocina, le corte un pedazo y la cocine, luego vi que la calabaza se comenzaba a arrugar, a consumirse entonces le dije a Jorge que no iba a permitir que una calabaza tan grande y tan linda se perdiera asi que le notifique que iba a hacer una pastelada por que ya se acercaba los días de navidad y los Puertorriqueños tenemos como tradición cocinar y brindarle a los amigos y familiares nuestros típicos pasteles. Hacer pasteles conlleva un largo proceso de preparación. Lo primero que hay que hacer es conseguir personas que ayuden, al menos tres personas de acuerdo a la cantidad de pasteles que se vallan a hacer. Hay que comprar las viandas, guineos verdes, yautía, uno o dos plátanos, calabaza y cualquier otra cosa que se le quiera añadir. Luego para el relleno se compra el pernil de cerdo, especies, se tiene que hacer sofrito, preparar el achiote. También hay que comprar las hojas, limpiarlas y amortiguarlas, cortarlas ah y no se puede olvidar el papel para envolver los pasteles con la consabida cabuya. Bueno, comenzamos con el proceso de mondar las viandas para luego molerlas en una máquina que gracias a la inteligencia y la buena disposición de Jorge tenemos por que él mismo la hizo. Ya a este punto habíamos comenzado a sentir la cercanía de la patria y Jorge me dijo, "oye, ya huele a navidad". Jorge, Wanda y yo continuamos trabajando organizadamente, hablamos, nos reímos, peleamos (de broma), entonces prendimos el componente y nos pusimos a escuchar música navideña. El aire estaba lleno de maravillosa magia reconfortante que sutilmente nos llevaba en alas de la alegría y el regocijo de hacer cosas unidos para compartir con otros. Al terminar, inmersos en la limpieza llegó Xiomara con Jorge Hommy y Jesliane y con la ayuda de los niños comenzamos a poner las cortinas de navidad en la cocina y el baño y terminamos con la cocina decorada con sus pascuas celebrando una navidad anticipada. Los pasteles finalmente quedaron deliciosos, pero verdaderamente deliciosos, no sé si porque tenemos buena mano para cocinar o por que el amor y la armonía nos abrazaba. Si, pasamos un fin de semana hermoso y todo comenzó con una calabaza cosechada a destiempo.
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