sábado, 29 de octubre de 2011

COSAS QUE PASAN

Cada día trae su propio afan, como dice la biblia.  Al igual que los estados de á☺nimo en los seres humanos, los días también vienen con ciertas características que los diferencia unos de otros.  Ayer fue uno de eso días locos.  Desde la mañana el día apuntaba a que iba a estar un poquito complicado. Era el día en que me tocaba trabajar sola en el taller, cosa que a veces no me molesta para nada por que cuando trabajo sola puedo poner el radio en mi estacion favorita, lo que no puedo hacer cuando trabajo con otras personas debido a que todos hablan inglés y ni modo que les reclame que me dejen escuchar mi estación en español.  El taller queda hubicado en la segunda planta de la tienda y tengo la gran bendición de que el jefe solo se aparece para decir "hi Italia", luego se va y no aparece en todo el día. Con la supervisora es otro asunto, ella viene, me trae los trabajos para el día y se va, pero cuando llega un cliente que necesita algo de urgencia entonces comienza el corre-corre. Si en el taller habemos dos o tres sastres pues el trabajo se divide y todo es más fácil, pero cuando hay una sola persona se complica un poco la situación. Ayer esa situación me llegó media hora antes de terminar mi faena. Allí estaba yo tratando de terminar tres gabanes de gala. Era solamente algunos pequeños detalles pero multiplicados por tres consumían un buen tiempo. Finalmente después de mucho "stress" terminé el trabajo habiendo consumido media hora mas de lo estipulado.  La verdad es que después de haber salido de mi trabajo, me pude haber quedado en casa. Definitivamente no era mi día para estar en la calle y mucho menos conduciendo. Hay ciertos compromisos que obligan a una a estar de arriba abajo, asi que en virtud de uno de esos compromisos me fui a la calle con mi nieta.  La primera cosa que me sucedio fue que una conductora temeraria por poco choca mi auto, pufff, tremendo susto. Menos mal que al estar siempre a la defensiva pude evitar el golpe.Lo que no pude evitar fue la subida de presión. Una vez pasas un susto en la carretera tienes que ser super precavido por que de seguro eso es el preambulo para una situación más grave, bueno al menos esa es mi experiencia, y nunca me ha fallado. Ya en pleno conocimiento de que el día pintaba complicado, respiré profundo y puse toda mi concentración en la carretera.  Despues de haber conducido como unos diez minutos un autobús escolar me pasa por el lado y saca su "stop", como yo ya estaba fuera de la linea del autobús yo continue mi camino pero noté que el auto que estaba detrás de mí siguio su paso y entonces el conductor del autobús le tocó la bocina como recriminándole  que había seguido cuando debía haberse detenido.  Bueno, como el asunto no era conmigo seguí mi camino completamente segura de que todo estaba bien.    Segundos después el conductor del otro auto se aparea conmigo y comienza a insultarme, como yo no entendía que pasaba gentilmente le hice una señal para que se pasara frente a mi, él se paso al frente y desde allí seguía gritándome improperios e insultos, la furia de aquel ser humano era tal que daba golpes al guia de su auto, gritaba, me miraba a través del  espejo retrovisor para ver si yo tenía alguna reacción.  En mi mente se dibujaron unas imágenes tal y como si las estubiera viendo en vivo y a todo color. Veía como aquel ser atormentado por la esquizofrenia  se bajaba del auto con un arma en la mano y sin encomendarse a nadie  me pegaba un tiro en la cabeza matándome y dejaba herida a mi nieta. Esa era la película que se repetía una y otra vez en mi mente. Más vale precaver que tener que lamentar, existe demasiadas personas fuera de sus cabales como para arriesgarse simplemente por palabras necias y estúpidas que a la larga  se las llevará el viento. Decidí en ese momento no prestarle atención, no mirarlo, y me mantuve retirada mientras él se alejaba con el cambio de luz.  La verdad es que me sentí muy triste, triste por él, por su dolor y su enfermedad. Me pregunto quien lo lastimó tanto como para llegar a ese estado de histerísmo y le doy gracias a Dios por permitirme mantener el control, aunque realmente lo que hubiera deseado era bajarme del auto y llenarle la cara de dedos.  Cosas que pasan...la diferencia en el resultado es la reacción.    

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