sábado, 10 de marzo de 2012

ENAMORADA


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Él rozó sus manos y ella sintio que su cuerpo vibraba de secreta emoción.
Hacía algunas semanas que él venía dándole ciertas señales que primero la ilusionaba y después la confundía. Cómo era posible que todo un gran señor se fijara en ella que era tan pequeña e insignificante; un morenazo alto que medía casi seis pies, entradito ya en los cuarenta años. Ella sabía que había una notable diferencia de edad entre ambos, pero su locura temporal le insistía constantemente que para el amor no existe la edad ni el color ni nada. No hay barreras cuando el amor se manifiesta de una manera tan real, tan sublime, incluso cuando con sólo mirarlo ella se sentía viva, se sentía mujer con deseos de entregarse y de ser amada . Él era la figura máxima en su iglesia (después de Jesús, claro está); era el pastor recién llegado con un  impactante testimonio. Su rostro mostraba las cicatrices dejadas por la lucha que protagonizó en su vida con el enemigo. Sus orejas evidenciaban las peores cicatrices quedando carcomidas por una lepra de la cual fue sanado, gracias a la fe y la continua oración. Ese era su testimonio constante, sobre el cual Sixto se apoyaba para hacerle ver a sus feligreses que él también sabía lo que era el sufrimiento y la enfermedad.
Sixto contaba con el apoyo incondicional de todos los hermanos y hermanas de la iglesia. Sus planes eran expandir sus territorios y salir a predicarle a todas las personas posibles con la intención de llenar la iglesia de almas nuevas que, aunadas a los miembros regulares, conformaran una iglesia más grande y más fuerte. Ella se fue enamorando poco a poco, primero de sus predicaciones, después de su corpulenta apariencia. Él, curioso y perspicaz, había adivinado sin mucho esfuerzo aquel secreto guardado con gran recelo tras un inocente y dulce rostro cubierto por un velo de encaje blanco. Con el pasar de los días la amistad entre ambos se hizo más fuerte. Él la visitaba en su casa y ella, buena cocinera al fin, lo agasajaba con los mejores manjares. A veces comenzaban a hablar en inglés porque ambos dominaban el idioma y en una que otra ocasión ella amablemente le recordaba que no era de buenos modales hablar inglés en frente de otras personas que no entendían el idioma, a lo cual él asentía dándole la razón.
La relación se fue tornando un poco más evidente para los familiares de ella y comenzaron a sentirse incómodos por las diferencias que existían entre ambos. Sixto siempre les aseguraba a todos que la relación era solamente de amistad, pero ella, totalmente enamorada, comenzó a defender su amor con uñas y dientes: "Soy una mujer mayor; tomo mis propias decisiones y nadie debe intervenir con ellas". Entonces todos la obedecieron y dejaron de intervenir en los asuntos que a ella concernían. Él, aprovechando esa coyuntura, continuó trabajando en su plan de conquista. Él le había hecho la observación de que ella se merecía vivir mejor. Le comentó que la casa de ella era muy pequeña y que realmente ellos dos necesitaban algo más espacioso para vivir: "¿Qué te parece si vendes esta casa y con el dinero compramos otra más grande?". "No, yo no puedo vender esta casa porque realmente esta casa no se hizo para venderse". Después de esa contestación no se habló nada más sobre el asunto. En vez de eso, Sixto siguió insistiendo en conseguir un mejor lugar donde ambos pudieran disfrutar de su amor en plena libertad y sin rendirle cuentas a nadie.
Dicen que el enamoramiento se produce después que el cerebro segrega una sustancia especial. Ésta enajena totalmente al ser humano dejándolo desprovisto de herramientas para ver realidades que otras personas pueden ver con completa claridad. Ella estaba totalmente enamorada y no tenía la claridad mental suficiente como para discernir las malas intenciones de este pseudo pastor que se había convertido en el gran amor de su vida. Caminar junto a él, agarrada de su fuerte brazo, la hacía sentirse más que privilegiada, orgullosa y envidiada por todas las demás feligresas, que también secretamente guardaban un sentimiento especial para él . La espera para entregarse a él le parecía infinita. Con mucha ilusión preparaba su ropa interior, su "baby doll" roja, sus talcos y sus perfumes.
Los enamorados hacían planes sobre su futuro y hasta hicieron las gestiones para rentar una casa. Fueron al banco y retiraron lo que a ella le costó casi toda una vida de sesentaicinco  años reunir. Ella le entregó el dinero a Sixto para pagar la casa que habían rentado. Mientras tanto, preparaba la mudanza para irse a disfrutar de ‘su gran amor’ en su nueva vida. Esta era la última oportunidad que la vida le entregaba de ser completamente feliz .
Sentada en el balcón de la casa esperaba ansiosamente a su amado Sixto. Esperó un día, dos días, tres días... mientras la tristeza retorcía su esperanza y la incredulidad la fortalecía. ¡Sixto jamás regresó! Su ilusión marchita, rota, encorvó sus espaldas de ochenta años; la última decepción de amor, su último gran dolor. Después de algunos meses se sacudió la pena, se despojó de los malos pensamientos y decidió seguir viviendo. Como en un cuento infantil, apareció un hada madrina con una varita mágica borrando completamente de su memoria aquella vergonzosa experiencia. Durante doce años más fue feliz de nuevo y luego... se quedó dormida.
                                
 A Sixto Rodríguez, escoria humana, vergüenza del evangelio.


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8 comentarios:

  1. Ay amiga asi hay muchossss que usan el evangelio paa enganar; atropellar, enriquecerse mientras tienen en las bancas personas que carecen de cosas primordiales. Que pena! Ya pagara si no lo ha pagado ya!

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  2. Asi es Laura, aunque no puedo generalizar por que existen muchos buenos pastores que estan comprometidos con sus obligaciones, creencias y tienen buen corazón. A mi me han tocado de todas clases algunos muy buenos, algunos muy malos. Hace muchos años que traigo ese dolor en el alma por que me tocó ver a esa enamorada esperando diariamente en el balcón de la casa a que él estúpido Sixto regresara. Cada noche se iba a dormir con un profundo suspiro de inconformidad. Menos mal que pudo superar ese dolor, al menos eso nos dio a entender. Amé mucho a esa señora, aprendí mucho de ella y le guardo un profundo respeto, a parte de mi mamá ella fue un ejemplo a seguir. Estoy segura que desde donde esté tiene que estar apoyandome en mi deseo de quitarle la careta a ese mamarracho, pedante, pendenciero, hijuela y todos los insultos que se han inventado. Ya para este tiempo él debe estar en sus casi 80, si no se ha muerto. Me encantaría encontrarme cara a cara con él para recordarle su gran cobardía. Bendiciones

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  3. escribiendo2007cmc@yahoo.com

    ¡CONENAO LECHON!!!!!!

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  4. escribiendo2007cmc@yahoo.com

    TEMPLE: CAPACIDAD DE UNA PERSONA PARA ENFRENTARSE CON SERENIDAD A SITUACIONES DIFICILES O PELIGROSAS.

    LA ENAMORADA DE ESTA HISTORIA FUE UNA MUJER DE TEMPLE.

    YO TAMBIEN LO SOY!!!!!!!!!!!!!

    ¿QUIEN DICE YO?

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    1. Si, somos mujeres de Temple. Somos únicas, un ramo completo de profesiones en un solo cuerpo. Todos los sombreros que nos ponemos nos quedan bien, definitivamente somos espectaculares. Bendiciones Carmencita

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  5. Que tristeza las personas que se hacen llamar hijos de DIOS y mira las pocavergunza. Me da mucha trizsteza y a DIOS que me perdone pero eso no tiene ninguna razon de ser con los sentimientos de las personas no se juega

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  6. Así es Angie, Como dice en la biblia "No todo el que dice Señor, Señor entrará en el reino de los cielos" De la misma manera en que existen buenos siervos de Dios, comprometidos con el evangelio y la proliferación de éste, así mismo existen persona que tiene la palabra de Dios como una forma de hacer negocio. Muchos se enriquecen a cuenta de la fe genuina de los que en verdad buscan a Dios. Ojo, No es pecado diferir ni preguntar ni dudar, pecado es dejarse engañar por estos sinvergüenzas. Disernimiento es lo que necesitamos. Bendiciones

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  7. Wowww... Simplemente la verdad de lo que usualmente vemos y nos callamos. Me encanto!

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